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#64 Diciembre

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Germán Daffunchio

Convertido en el cantante de Las Pelotas y mientras preparan la edición del primer DVD grabado en vivo en el Luna Park, Germán Daffunchio explicó en donde reside la esencia de sus canciones en una entrevista que se paseó por sus días como marinero, la irrupción de la escuela-Sumo y paisajes temporales más cercanos.

“Sumo fue mi escuela. Antes de conocerlo a Luca, leía la revista Pelo y hablaban del free-jazz y los ibas a ver y te quedabas dormido. ‘Che, muy bien, tocás fantástico, muy lindo todo; emocioname algo hijo de puta”’ Si vos te emocionás con la técnica, perfecto, pero para mí la técnica está buena para poder desarrollar ideas que vos tengas, y a veces lo que te está pidiendo el tema es una sola nota”.

“Cuando empecé a hacer música con Sumo aprendí que cada músico tiene su virtud y sus defectos, y a tener otro guitarrista al lado y trabajar en equipo en común, sin vergüenza, sin egos, pensando en únicamente la resultante. Cada tema tiene un espíritu y trabajamos sobre eso y no sobre ‘Vos sos primera, vos sos segunda’. Una cosa con que jodíamos siempre al principio era cuando nos preguntaban quién es primera, y la respuesta era ‘No, yo soy tercera, y él es cuarta’. Entiendo la música como una comunión con otras personas, si no, te hacés solista o hacés los temas y le decís a los demás que toquen, pero es mucho más hermoso cuando compartís música con otros músicos”.

“Grabamos el primer disco de Sumo de una manera muy insólita, el técnico nos decía cosas que nosotros, por respeto, le decíamos, ‘Bueno, está bien’, como grabar la batería toda separada, grabar el tambor por un lado, el hi-hat por el otro, un tom por un lado... La cuestión es que lo vamos a mezclar, estábamos Diego (Arnedo) y yo, cuestión es que lo vamos a mezclar, estábamos Diego (Arnedo) y yo, no sé si era el primer tema, y en un momento se había armado una podrida porque el chabón no entendía una chota, y yo, a punto de agarrarle el cuello, le digo ‘Escuchame hijo de puta, ¿alguna vez en tu vida grabaste un grupo de rock?’Y me mira y me dice ‘No, esta es la primera’.

Mariano Otero

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El contrabajista que quiere se pianista. Su bagaje ideológico ya es casi tan identi cable a su nombre como la gran música que produce. Época de interrogantes, Mariano cerró muchas de sus respuestas con una pregunta.

“Me parece bastante coherente la losofía jazzística a con mi postura política asumida.. A veces yo desconfío de los tipos que profundizan en una obra y tienen la capacidad de meterse dentro de un lenguaje, de entregar su corazón, y que después cuando le preguntás ‘¿Cuál es tu visión de la vida?’ te dicen ‘No, los políticos son todos lo mismo’. Esa falta de compromiso a mí me suena raro. Si vos asumís hacer una carrera

como la que yo asumí, grabar seis discos en seis años, hacer una música que no tiene ninguna cabida en el negocio, te abrís camino a fuerza de generar una voz propia. Yo creo que mi forma de escribir la música plasma eso todo el tiempo, no necesito ponerle ni ‘Sandino’ ni ‘Ernesto’ a mis temas. Cuando tuve la oportunidad de grabar un tema cantado y me dijeron “Elegí un tema de León Gieco”, elegí ‘Yo soy Juan’ (dedicada a Juan Cabandié, nieto recuperado y actual diputado, incluida en el tributo triple a Gieco Guardado en la Memoria). Las letras te dan una posibilidad que la música instrumental no, pero con respecto a cómo instalás tu postura política en una obra, yo diría ¿cómo no instalar tu vida en tu obra?”

“Estoy con el rollo de que quiero ser pianista. Quiero tocar el piano en mi grupo dentro de unos años, tocar al nivel que toco el contrabajo o mejor. Hace un tiempo me hice un replanteo losó co: cómo era que uno tomaba contacto con un instrumento, si realmente era una elección o una casualidad. Todos quieren tocar la guitarra de pendejos; si todos siguieran así al instinto, no habría ningún trombonista. A veces el instrumento te cae por casualidad, y el instrumento es con el que vos te vas a expresar. Si vos no estás muy convencido de que ese sea el correcto, por ahí estás desperdiciando algo, y me parece que el mejor momento para evaluar cuál es el mejor instrumento no es cuando uno empieza a tocar, porque es el momento en que vos tenés menos elementos para evaluar. Para mí lo que habría que hacer es escuchar música durante años y llegado el momento decir ‘¿Cuál es el mejor instrumento para mí? Realmente, ¿el instrumento que necesito para expresarme es el bajo?’”.

“Me gusta que los micrófonos del bajo tengan saturación. Me gusta todo el audio vintage. Ahora uso principalmente un equipo vintage que compré por Ebay, hecho a mano por Walter Woods, que lo usan Steve Swallow y Scott Colley. Se lo vi a Colley cuando estudié con él en Nueva York, con una caja de 4x10, el Jazz Bass pelado, sin procesadores. Siempre uso un equipo para los dos instrumentos. Todavía uso el Gallien-Krueger MBX 112. Y tengo el SWR que hace rato que lo dejé de usar pero es un equipazo. Pero no quiero depositar en el instrumento más de lo que hay que depositar. O sea, si todos creemos que a Maradona le das una pelota de golf y hace jueguito, ¿por qué después queremos tener la pelota de 200 dólares? Todos decimos ‘A Paul McCartney le tirás un cajón de manzanas y te toca todas las líneas de los Beatles que te caés del orto’. ¿Y Jaco? Que tocaba con ese Jazz Bass arruinado de mierda y vos querés tener un Pedulla ¿por qué?"

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