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Abecedario García: No existe una escuela que enseñe a vivir

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Por Roque Di Pietro

A

Aguante, El

Nombre del disco de 1998, concebido como un desvío comercial y radiable en la ripiosa autopista Say No More. El plan falló: El aguante fue un disco cercano al low- pero grabado en Criteria (Miami) y CineArte (Madrid). Ultimo álbum de García con Sony, la compañía que administra una parte importante de sus grabaciones, El Aguante también fue el nombre de la banda que acompañaba al músico en esos años. Los miembros estables eran María Gabriela Epumer (guitarra), Diego “Murray” Dubarry (teclados), Mariela Chintalo (saxo alto) y Mario Serra (batería). Eran habituales las incorporaciones y deserciones de Érica y Aníbal Di Salvo (violín y chelo) o Gabriel Said (percusión). A veces también participaba un integrante de nombre Nico (guitarra) al que Charly mencionaba como “el hijo no reconocido de Lebón”. “¿Cuántos bajitas hacen falta para cambiar una lamparita? Dos: uno la cambia mientras el otro mira y dice que él podría haberlo hecho mejor”. Con ese chiste García explicaba por qué el grupo no tenía bajista jo (los últimos habían sido Fernando Lupano y Rinaldo Rafanelli), un capricho que condicionó la concepción musical de sus actuaciones en vivo. Inconcebible: el músico más popular del país toca sin bajo eléctrico. Concepto o lo que ves es lo que hay. ¿Sería la ausencia de un bajista a la vieja usanza lo que provocaba los desajuste rítmicos de Mario Serra o era porque Charly lo hacía tocar con una batería de pads? Postales de época: Charly buscando sonidos en su teclado con el tema ya empezado; Charly tocando la batería con los sonidos de tambores de su teclado; Charly vociferando los acordes que debían tocar sus músicos; los riffs e intros de “Fanky”, “Cerca de la revolución” o “Pasajera en trance” tocados en saxo; las canciones que no terminaban sino que se desmoronaban. Nunca se supo cuál era el lugar propicio para la banda El Aguante: el pub Planeta Júpiter (detrás del Alto Palermo, allí Charly, Mariela y Murray o ciaban casi de house-band), los mega conciertos (Buenos Aires Vivo, el show del disco Demasiado ego), el Centro Experimental del Teatro Colón (nunca tocaron allí, claro, pero no hubiese estado mal que el avant garde porteño le abriera la puerta a la vanguardia es así) o la discoteca Jesse James (en San Justo, lugar del último concierto del grupo, en febrero de 2002, una muestra de lo que era esta banda en sus peores noches). Los temas “Kill my mother” y “Pedro trabaja en el cine” hacen que valga la pena comprar El aguante, álbum ya próximo a descatalogarse. Una excepcional versión de “A whiter shade of pale” (de Procol Harum) no fue autorizada para su edición en el disco. Por último: como miembro y líder de este grupo, García se convirtió en un singular y emocionante guitarrista.

B

Beatles

La epifanía de su vida pop. Ocurrió en 1964, durante su último año como alumno de piano en el conservatorio. Primero los vio en la tapa de un disco, luego en El Show de Ed Sullivan; nalmente compró un EP con las canciones “Twist y gritos”, “Un gusto a miel”, “Hay un lugar” y “Quieres conocer un secreto” [Odeon Pops, DTOA/E 3468, lanzado el 7 de febrero de 1964]. Para alguien como García, que maneja una información casi enciclopédica de la música pop de los años sesenta, los Beatles han sido la indiscutida primera la de su santuario musical. Con un tema de aquel EP (“There’s a place”) comenzaban sus conciertos de la era Cassandra Lange, el grupo que formó para tocar covers. Como el fan más ilustrado, García conoce detalles y secretos de la música de los Beatles. En este sentido el reportaje que los periodistas Daniel Riera y Fernando Sánchez le hicieron para la revista Rolling Stone con motivo de la aparición del disco 1 resulta imperdible.

C

Coronel Díaz 1905, 7° 15

La esquina Charly García. Siempre hay alguien mirando en dirección a las tres ventanas del último piso del señorial edi cio -que Charly no ocupa desde la internación post-Mendoza de 2008- pegado al bar Ristreto (cuyos ravioles con tuco el músico solía recomendar). Charly llegó allí junto con la década del ochenta. Su departamento fue descrito y mostrado en
numerosas crónicas periodísticas y desde que estuvo intervenido y gra teado fue imagen icónica de la era Say No More. Insólito: los fans podían tocarle el timbre, muchas veces subían le dejaban mensajes escritos en las paredes del living. Lennon también vivía en el séptimo piso en el Dakota.

D

Desarma y sangra

Un milagro para el rock argentino. Publicado en 1980 en el disco Bicicleta de Serú Girán. Auténtico challenger para estudiantes de piano (chequear en YouTube la cantidad de versiones existentes) tal vez desde que la profesora Pichona Sujatovich realizó la transcripción en su libro Grandes Clásicos Populares Argentinos. Charly tomó clases de piano con Sujatovich en los primeros años de la década de los ochenta. Cuenta Leo Sujatovich, hijo de la profesora: “Charly venía a casa con cierta frecuencia semanal o quincenal. El tipo de trabajo que se escuchaba era el de alguien que quiere abrir el bocho, digamos. Charly también improvisaba al piano y eso a veces derivaba en algún tipo de trabajo de análisis armónico posterior. ‘Desarma y sangra’ es un re ejo de las diversas fuentes de las que Charly afortunadamente bebió. Mi madre adoraba este tema”. Versionada, entre otros, por Fito Páez, Mercedes Sosa, la cantante nlandesa del grupo Nightwish Tarja Turunen y el folklorista Alberto Rojo (producido por Aznar, con el propio Charly al piano, en excelente performance). Como ocurre con “Yesterday” en el cancionero Beatle, “Desarma y sangra” es el tema del catálogo de García que más fácilmente hace el crossover con el público no-roquero. Cualquier país nuevo que necesite su himno nacional acá lo tiene.

“no te convierte en un buen músico pero te facilita las cosas”. También suele decir que su nota es Fa sostenido: “Yo estoy compuesto y a nado en Fa sostenido y eso, milagrosamente, no cambia nunca, por más que estés gordo o más aco. Todo el mundo tiene su propio sonido, pero muy pocos se toman el trabajo de buscarlo y encontrarlo”.

F

Falda, La (Festival de)

El federal y pionero encuentro del rock argentino. Cada enero, entre 1980 y 1987 (y luego, durante algunos años más, con algunas intermitencias), el rock argentino se mudaba a La Falda. García actuó allí con Serú Girán en 1980 y 1982 y en 1983 presentó Yendo de la cama al living. Nunca más fue programado aunque podía aparecer como invitado sorpresa de alguien (Virus) o improvisar un mini-set, como ocurrió en 1987, el año en que llovieron los choclos. Junto a Fernando Samalea, Fito Páez, Hilda Lizarazu, Fabiana Cantilo, Cachoro López, Carlos García López, Pablo Rodríguez, Gonzo Palacios, Diego Urcola y alrededor de las 6 de la mañana del domingo 8 de enero entregó al público la primera versión pública de “No voy en tren” que se editaría varios meses más tarde en Parte de la religión. El público legendariamente hostil de La Falda lo recibió a los choclazos. García devolvió el golpe: “Cordobeses hijos de puta, divinos, los amo. Todo el rock and roll es para ustedes... y chau. Escupan todo pero no me tiren nada, no me maten acá porque pre ero morir en Hollywood”. Está lmado; el archivo de un canal cordobés tiene el video.

E

Eduardo Falú

Guitarrista y compositor salteño, nacido en 1932. La leyenda dice que estaba Falú tocando en la casa materna de Charly, centro de reunión de folkloristas a raíz del trabajo de Carmen Moreno (madre de Charly) como productora del programa de TV Floklorísimo. El niño García, allí presente, advierte y dice que una cuerda de la guitarra de Falú está desa nada. El guitarrista le da la razón. Ergo, el niño tiene oído absoluto, un tópico del cual comenzó a hablarse con frecuencia a partir de la era Say No More, tal vez porque no se sabía muy bien qué decir sobre su música. García ha dicho que el oído absoluto, que es la facultad de identi car una nota sin ningún tipo de referencia,

G

Grinbank, Daniel

Tal vez el manager y empresario musical más conocido del país. Sobrino de Herb Cohen, representante de Frank Zappa, Grinbank comenzó su actividad en enero de 1973 con Arco Iris y Vivencia. Según le contó a la revista Vida (septiembre de 1981, fanzine de un club de fans marplatense de Sui Géneris), también fue manager de Bubú, Porchetto, Rodolfo Mederos, Polifemo e integró el staff de Sui Géneris durante sus últimos diez meses. La primera mención o cial de DG en la órbita de Serú Girán es en los créditos del álbum La grasa de las capitales, ya como mánager del grupo, en reemplazo de Oscar López. La grasa... fue el álbum que cerró el contrato que Serú Girán (o mejor dicho Charly) tenía con Sazán Records. Para el siguiente disco, Bicicleta, el cuarteto y su mánager crearon una productora para publicar los discos del grupo (SG Discos). Disuelto el cuarteto, la relación entre Charly, el resto de la banda y Grinbank continuó. Los discos en solitario de los integrantes de Serú Girán seguían publicándose por la etiqueta SG Discos; al mismo tiempo Grinbank desarrolló DG Discos (inicialmente llamado Zarre Productora Discográ ca) cuyo principal productor artístico era García; bajo esa dinámica salieron los debuts de Los Abuelos de la Nada, Los Twist, Fabiana Cantilo, Suéter, entre otros. La relación entre Grinbank y Charly llegó hasta el disco maxi Terapia Intensiva (1984), es decir que incluye tres álbumes de Serú Grián (Bicicleta, Peperina y No llores por mí, Argentina) y la trilogía dorada de sus primeros años como solista (Yendo de la cama al living, Clics modernos y Piano bar) más el maxi ya citado. El motivo de la separación: Grinbank vendió el catálogo de SG (y también el de DG) a Pelo Aprile, histórico hombre de la industria discográ ca local desde nes de los años setenta y propietario del sello Interdisc. En varias oportunidades Aprile fue contratado para dirigir compañías multinacionales en las cuales licenciaba su propio catálogo de Interdisc que ya incluían las referencias de SG y DG; es por eso que hay ediciones en CD de Clics modernos bajo la etiqueta de EMI, por ejemplo, unas de las multinacionales que contrató sus servicios. Luego, Aprile presidió Polygram, sello al cual vendió de nitivamente Interdisc. A su vez Polygram fue comprada por Universal, que es donde se encuentran ahora mismo todos los discos de SG y DG que, extrañamente, no se los suele tener en cuenta cuando se habla de la producción de música independiente en Argentina. El n de la relación entre ChG y DG es conocido: al enterarse de la venta del catálogo que habían hecho en sociedad el músico irrumpió en las o cinas del manager en la calle Santa Fe y pintó con aerosol el signo pesos en las paredes. Hubo otro capítulo singular en 1992, durante el regreso de Serú Girán: Grinbank presentó un amparo por la utilización del nombre (Serú Girán) del que, se supone, también es (o era) dueño. Los músicos tuvieron que ir a tribunales y pagarle a DG un canon para poder actuar como Serú Girán. “Estamos decidiendo si Charly García es él o yo”, declaró Charly. A pesar de los años transcurridos, Grinbank fue un constante blanco en repetidos ataques de ira o humor negro de García, arriba y abajo del escenario. “Los managers tapizan sus autos con piel de músico”, es otra famosa frase de García, seguramente pensando en algunos momentos de esta historia.

H

Ha sido

Pronunciar Ácido. Cuarto disco de estudio de Sui Géneris, anunciado pero nunca concretado. Posible lista de temas: “Alto en la torre”, “Entra eléctrico”, “Nena” (luego “Eti-leda”), “Bubulina”, “Fabricante de mentiras” y, tal vez, “La fuga del paralítico” (de Rinaldo Rafanelli).

I

Instituciones

Nombre original del tercer álbum de Sui Géneris, cambiado a último momento por Pequeñas anécdotas sobre las instituciones, y publicado a nes de 1974, considerado por muchos como el álbum más explícitamente político de toda la obra de García y su primera obra maestra. Charly expande su paleta de sonidos con la utilización de amantes sintetizadores (Mini Moog, ARP Strings, Clavinet) además del piano acústico y el Fender Rhodes, instrumentos que también estaban presentes en los conciertos de la época de Sui Géneris, ya como cuarteto y con la inclusión casi permanente de David Lebón como guitarrista. Es una pena que no haya grabaciones profesionales de esta etapa de Sui Géneris en vivo; el grupo sonaba muy diferente a la tensa euforia que se escucha en los conciertos despedida del Luna Park. En una reciente entrevista con la revista Noticias, el editor y productor Jorge Álvarez (fundador de Mandioca y, luego, director de Talent, el sello de Sui Géneris) reveló que el escritor David Viñas fue en esa época el responsable de la conciencia política de Charly. Sin embargo, el propio Charly contó más de una vez que su primer proyecto -incluso antes de grabar Vida- fue hacer una ópera-rock basada en El Mani esto Comunista.

J

James Brown

Ah ah ah. El que grita es James Brown, sampleado (y acelerado) en “Estoy verde No me dejan salir”, tema uno del lado dos y hit de Clics modernos. Charly fue una expo de tecnología musical en Nueva York y se llevó en un oppy-disk una muestra con este sample del tema “Hot Pants”. Sample no acreditado en el disco.

K

Kill Gil

Aunque García ya tiene su Black Album, Kill Gil estuvo a punto de convertirse en un nuevo disco negro en su discografía. El 23 de octubre de 2005, durante la segunda parte de su concierto de cumpleaños en el Gran Rex, Charly “presentó” Kill Gil; es el show que tuvo a Palito Ortega como invitado en “Corazón de hormigón” y en el que también tocó temas que no estuvieron en la versión publicada del álbum como “Mundo B” o el cover de los Hollies “Pagarás con interés” (“Pay you back with interest”). El álbum se grabó varias veces y en distintos estudios porque un ingeniero despechado borró o tomó de rehén un disco duro con todas las músicas. Luego la compañía EMI -que llegó a enviar un primer corte de difusión a las radios- no lo quiso editar porque García no mandaba los créditos artísticos del disco (músicos que tocaban; autores de los temas) y se imaginaron una lluvia de cartas documento. Finalmente, un día Kill Gil apareció para bajar, completo y gratis, en la web. En diciembre de 2010, tras el inicio del proceso de desintoxicación de García, el álbum fue publicado por el sello de la agencia de representación de Charly. Las diferencias en cuanto a aquello que circuló por internet fueron las siguientes: el crédito como productor a Andrew Loog Oldham, una mezcla más clara, se eliminó cierto barroquismo sonoro

(el famoso concepto Say No More de grabación y mezcla, también conocido como maravillización), las voces más al frente, dos temas menos (los covers de “Heart to hang onto” de Pete Townshed y “Play with re” de Rolling Stones) y un asesino fade-out a una hermosa versión de “Watching the wheels” de Lennon. Caso único: Kill Gil presenta la tercera versión de estudio de un mismo tema (“Happy and real”) en un lapso de 19 años.

L

La hija de la lágrima

El capítulo uno de la saynomorización del artista. García se veía venir el volantazo conceptual al que se lanzaría y el 17 de diciembre de 1993 realizó un concierto en Ferro (con el escenario giratorio en medio del campo; Adrián Bilbao, sonidista de García en aquel momento, asegura que para ese concierto Charly ya barajaba la posibilidad de implementar un sistema para que la audiencia escuche sólo a través de auriculares, idea tomada de Laurie Anderson) con la intención de cerrar una etapa y comenzar la grabación de la ya anunciada ópera- rock La hija de la lágrima. El disco, reverenciado y denostado por igual por la crítica, fue publicado en el invierno de 1994 luego del regreso de Serú Girán de nes del 92 y bajo el slogan “El genio ha vuelto”, le abrió las puertas a cierto caos sonoro impensado en sus entregas de los ochenta; a ciertas libertades de formas y estructuras en un artista que domina como pocos el arte de la canción; y, nalmente, a dejar de trabajar de clásico para reinventarse en algo tan nuevo como difícil de asimilar. Este disco es la barrera que muchos de sus fans de los setenta y los ochenta no pudieron o no quisieron superar. Unas de las mejores canciones de La hija de la lágrima se llama “Kurosawa”, nunca interpretada en vivo más allá de las caóticas (no hay otra palabra disponible) presentaciones en directo del álbum en el teatro Opera. En ese tema se escucha un fragmento de un episodio de la película Dreams del director japonés homenajeado en el título de la canción; lo que se oye es la lluvia y a una madre que le dice, en japonés, a su hijo: “Te vas a quedar en casa. El sol está brillando pero está lloviendo. Con este tiempo los zorros tienen sus procesiones de boda y no les gusta que nadie los vea. Si te ven van a estar muy enojados”. El niño no le hace caso a la madre, ve lo que no tenía que ver y cuando regresa deberá ir suplicar perdón debajo del arco iris o suicidarse.

M

Modern Clix

Charly dice que Modern Clix (el grafiti que se lee en la tapa de su Clics modernos) era un grupo new-wave neoyorkino. Para esta producción no se han encontrado rastros de esta banda cuya castellanización de su nombre bautizó lo que tal vez sea la mayor obra maestra de García. Es cierto, Charly actualizó el sonido del rock argentino; pero además del sonido este álbum también tenía las canciones, nueve, formidables cada una de ellas. En el notable audio que ostenta Clics modernos algo habrán tenido que ver Joe Blaney (productor e ingeniero) y los estudios Electric Lady de Nueva York. Clave también fue el trabajo de Pedro Aznar como bajista de todo el disco. La sombra renovadora de este álbum lo persigue a Charly: muchas veces anunció que estaba preparando “algo como Clics pero hecho ahora”. No es tan fácil.

de Charly, “Cerca de la revolución” es su “Satisfaction”. Grabada para Piano bar en 1984, con toda la banda (GIT + Fito Páez; Guyot y Fito aportan segundas voces) en la sala de ION, casi sin sobregrabaciones. También se conoce una versión demo en la que la primera estrofa comienza con Charly en piano y voz y luego se le suma la banda, y otra toma de estudio en la que García va indicando la estructura del tema. En la versión publicada, en el minuto 4 hay un pi e que le agrega tensión a esta suerte de grabación verité. Es el riff más popular de García; su procedencia puede estar en “Venus” el tema de Shocking Blue (1970) aunque también hay notorias similitudes con “You better be careful” (1965, The Golliwogs, el grupo embrionario de Creedence Clearwater Revival). Como su autor, con el paso de los años y las sucesivas interpretaciones en vivo, “Revolución” se volvió cada vez más visceral. La introducción podía durar varios minutos, al igual que el solo de guitarra de la parte media (cuando Charly tocaba el solo podía citar a Cream, Pescado Rabioso o Pappo’s Blues) y “No es sólo una cuestión de elecciones” cambiaba a veces por “No es sólo una cuestión de erecciones”. Pocos músicos hispanoparlantes pueden decir la palabra “revolución” como García y dentro de un contexto sonoro más apropiado. En este sentido se recomienda escuchar “Tribulaciones, lamentos y ocaso de un tonto rey imaginario, o no” (Sui Géneris, 1973, o sus diversas versiones en vivo desde 2002 en adelante), el cover de The Byrds “Aquí sin tu amor” (“Here without you”, Sinfonías para adolescentes, 2000) o directamente rastrear “Revolution” de los Beatles en vivo junto a Fito Páez y Herbert Viana en 1988 en el festival por los cinco años de la democracia.

S

Say No More

Película Help! de los Beatles; la escena en la que Paul baila con una chica (la actriz Eleanor Bron) en un restaurante indio. “Please say no more”, dice Paul. “I can’t say no more”, dice la chica. Charly, habitual cliente del Musimundo del shopping Alto Palermo, tuvo Help! en DVD muchos años antes de que el formato se popularizara. Cambió el idioma de esa escena y escuchó, en español, “No digas más”. En 1993 Prince, uno de los héroes de García, se había pintado en la cara la palabra Slave (esclavo) a raíz de un juicio que lo enfrentó con su discográ ca (Warner) y pretendió cambiar su nombre a un símbolo impronunciable. Con toda esa información y tras tres internaciones que repercutieron debidamente en los medios, García despidió a Charly y concibió a Say No More, un concepto que incluiría su nueva música pero, a

N

No digas nada

Así se llama el libro que Sergio Marchi (con la anuencia y por iniciativa del protagonista) escribió sobre Charly García. Fue realizado durante el período 1994-1997 y esa es la etapa que trata con más profundidad aunque también puede leerse como una biografía del músico (el subtítulo es Una vida de Charly García). Tuvo una segunda edición que actualiza el texto hasta el año 2007, aunque durante esa década el autor ya no estuvo tan cerca del objeto de su trabajo como en el período anterior. Lamentablemente ni Daniel Grinbank ni Luis Alberto Spinetta aceptaron participar del libro. No digas nada (frase más o menos recurrente en las letras de Charly; aparece en “Estaba en llamas cuando me acosté”, “Eiti Leda”, “Chipi Chipi” y “Telepáticamente”) se ha convertido en una obra de referencia y su autor, aunque distanciado de García en la actualidad, en hombre de consulta obligada para medios masivos cuando éstos se ocupan del músico. Además, el libro de Marchi propició la realización de otro libro que lo analiza desde un punto de vista psicoanalítico: Una voz que se hace letra. Una lectura psicoanalítica de la biografía de Charly García, de Marcelo Mazzuca (Letra Viva, 2009). Otras referencias importantes sobre Charly son Charly García (1984, conversaciones con Daniel Chirón, El Juglar) y el libro de fotos de Andy Cherniavsky Charly (Novecento, 2000), ambos ya inconseguibles. Recientemente apareció la guía Un dios aparte. Tras los pasos de Charly García, de Miguel Ángel Dente (Disconario). Llama la atención la escasa producción bibliográ ca sobre un artista cuya vida y obra motiva múltiples acercamientos.

O

Over the rainbow
Tema leit-motiv del lm clásico El mago de Oz (The Oz Wizard, 1939) interpretada por su protagonista Judy Garland. Luego, a mediados del siglo XX fue convertido en un estándar del repertorio jazzístico. Su principal gura melódica fue utilizada por García para arreglar, colorear y contextualizar “Marilyn, la cenicienta y las mujeres” (del álbum Películas de La Máquina de Hacer Pájaros), en “Fantasy” (de Cómo conseguir chicas) y al nal de “Viernes 3 AM” (versión MTV Unplugged) directamente dice “Somewhere over the rainbow”.

P

Pantalones

Durante mucho tiempo la bajada de pantalones de García fue el mayor símbolo de sus escándalos públicos. Nada superaba eso hasta que el hecho quedó relegado al nivel de una broma infantil cuando su gura ameó hacia el vacío desde un noveno piso de un hotel mendocino. La primera caída de pantalones

ocurrió en el estadio Atenas de Córdoba, durante la gira de Clics modernos en diciembre de 1983. Charly contó que un grupo de “heavys” lo hostigaba al grito de “puto”. Charly no tuvo mejor idea que decirles “¿Te parezco puto? Mirá”, y peló su instrumento (analógico). El fotógrafo cordobés Fino Pizarro estaba allí y consiguió una foto que recién en 2010 comenzó a circular por la web. Charly estaba orgulloso de la ausencia de imágenes de ese episodio: “No será grande pero es rápida”, le dijo a Jorge Guinzburg en 1991. La foto disponible sigue dándole la razón. Al día siguiente del show en Córdoba, mientras García y su banda descansaban en Carlos Paz, llegó un patrullero para llevárselo detenido. Tres años más tarde el episodio se repitió en Mendoza. También hubo caída de pantalones en el regreso de Serú Girán en River y en uno de los conciertos en La Trastienda del año 2007.

Q

Quebracho

Carlos “Quebracho” Rodríguez. Histórico plomo, asistente y stage-manager de Charly García desde los tiempos de Serú Girán. Permaneció junto al músico hasta el año 1997, luego de las grabaciones del disco Alta delidad, junto a Mercedes Sosa, año en que Joe Blaney también abandonó el barco. Otros legendarios asistentes de Charly fueron Totó y Pachorra, este último es su actual stage. Durante la era Say No More su asistente en el escenario fue Gabriel Ganem, omnipresente allí donde estuviera el músico. Actualmente Quebracho reside en Madrid.

R

Revolución (Cerca de la)

Si “Desarma y sangra” es el “Yesterday” 

la manera del Apple beatle, también sería una etiqueta discográ ca, un estudio de grabación y una tienda de ropa. (No hubo estudio de grabación, sus discos comenzaron a llevar el sello SNM y hubo un local de ropa con ese nombre de existencia fugaz en la Galería Bond Street.) García logró hacer un adjetivo de su nuevo concepto: en determinados ámbitos es común escuchar que algo (relacionado o no a la música) se saynomoriza cuando ingresa en una etapa de cierta decadencia u oscuridad. ¿Qué fue Say No More? La toma de conciencia de un músico de que ya no podrá a hacer las cosas del modo en que las hizo hasta ese momento. La aniquilación de un sistema de producción que lo llevó a ser el artista número uno del rock argentino. SNM llevó al paroxismo el viejo slogan que Charly compartía con Samalea y Mario Breuer en los ochenta: el demo es el disco, el disco es el demo, es decir que todo se construye a partir de un casete grabado en una portaestudio. Incluso durante la etapa de mezcla el lienzo sigue abierto a nuevos trazos: capas y capas de instrumentos, mensajes grabados en contestadores telefónicos, fragmentos de películas (aunque hay que decir que los diálogos de películas ya aparecen en Peperina), audiocuentos, grabaciones piratas de sí mismo, voces que entran y salen. García rede nió el concepto de “discos en vivo” al intervenirlos de un modo brutal (Demasiado ego y el Sí de Sui Géneris). “Charly está en un estado tipo Van Gogh, por suerte todavía con las dos orejas”, decía Spinetta por entonces. En esta etapa -excesos tóxicos mediante- el artista estiró los límites de su propia resistencia física pero la sensibilidad de su público también fue interpelada: los brazaletes rojos con las letras SNM tan similares a la iconografía nazi; sugerir que el -incierto- horario de inicio de sus conciertos fuese tomado como parte de la puesta en escena (el recital en un pueblo llamado Carlos Keen en febrero de 2005 comenzó con casi cuatro horas de retraso y nalizó cerca de las 6 de la mañana. El concierto, que arrancó con el tema “Aprendizaje”, duró casi tres horas y fue magní co, vale aclarar; la etapa Say No More también fue una atípica e incómoda usina de música); pretender suspender un recital porque el público no conocía las letras de sus nuevas canciones y operar él mismo el sonido de la sala (ambas cosas ocurrieron en la presentación de Say No More en el teatro Opera); tomar en el escenario sin el menor pudor; la repetición de un diálogo de una película que incluía un grito difícil de tolerar y que se escuchó, a modo de loop, durante la larga espera antes del inicio de su concierto de cumpleaños en el Gran Rex en el 2005. Se puede suponer que el período SNM abarca los discos Say No More, Alta delidad, El aguante, Demasiado ego, Sinfonías para adolescentes, Sí, In uencia, Rock and roll yo y Kill Gil. Discos que apelan, con más o menos fortuna, a los preceptos de producción Say No More. Hay de todo: canciones que pueden convivir con lo mejor de su producción (“In uencia”, “Asesíname”, “Cuchillos”, el tema “Say no more”) y decisiones que parecen olvidos (tres versiones de un mismo tema en el mismo disco, la versión gospel de “Tu vicio”, dos grabaciones publicadas del cover “One to one” con diferentes nombres en dos discos distintos separados apenas por cuatro años). Magní cas desprolijidades y un artista desbordado por el concepto constante. “Confuso y desprolijo... pero buenísimo”, disparaba desde el escenario el propio Charly en referencia al comentario de Clarín sobre el concierto debut de La hija de la lágrima. Hubo también en esos años una ingente cantidad de hechos, ideas, proyectos y anuncios. Una breve lista: música para escuchar bajo el agua; el disco Cerebrus junto a Pipo Cipolatti basado en los personajes

de Titanes en el Ring con letras adaptadas a canciones de Donovan, Simple Minds, Steppenwolf y Sui Géneris, un repertorio -satírico y muy gracioso- que aparecía con frecuencia en el período 1999- 2001; conciertos para escuchar por auriculares; recaudar, a través de sus fans, un millón de dólares para costear los juicios laborales que comenzaron a hacerle sus ex músicos; la sinfonía Pasión para estrenar en el Colón basada en sus melodías más sobresalientes; la invitación a Martha Argerich para que lo acompañe en una presentación en Cosquín Rock; una grabación junto a Keith Richards, uno en cada canal del estéreo, cantando en inglés y castellano; su radicación en Holanda, tierra original de los Lange, su apellido paterno; Florencia, su novia adolescente a la que fue a buscar a la salida del colegio en Berazategui y terminó preso; el noveno piso; un disco de improvisaciones en solo piano; su pelea con Calamaro; drogas sin sol; la partida de jenga en el programa de Sofovich; la cena con Menem, la foto en la tapa de Clarín y el CD pirata de esa reunión; las piñas en Córdoba y La Trastienda; sus slogans: la entrada es gratis la salida vemos; la vanguardia es así; mi capricho es ley; si cobro más barato me encuentro con gente que no conozco; Say No More no escucha, emite. Todo terminó una madrugada de 2008 en Mendoza, televisado para todo el país, sedado y atado a una camilla.

T

Thibaud-Piazzini

Nombre del conservatorio donde Charly estudió piano entre los 4 y los 13 años, desde 1965 Nombre del conservatorio donde Charly estudió piano entre los 4 y los 13 años, desde 1965 hasta 1964. Se presentó en todas las audiciones anuales que ofrecían los alumnos en Sarmiento 857, sede del conservatorio (actualmente se encuentra en Sánchez de Bustamante 72). Entre las obras que interpretó en público (es decir ante familiares, alumnos y profesores) durante esos nueve años se encuentran Sarabande (Haedel, en 1958), Danza campestre (Beethoven, 1959), Para Elisa (Beethoven, 1960), Invención en Do Mayor (Bach, 1961), El viejo castillo (Musorgsky, 1963), Sonata Op 49 N° 1 (Beethoven, 1964). En el año 2004 el conservatorio celebró su centenario en el teatro Maipo. García estuvo presente y tocó “Veinte trajes verdes” (inspirada en Erik Satié, incluida en Bicicleta) y “Desarma y sangra”; dedicó su set a su profesora Julieta Sandoval.

U

Único en su especie

Signi cado del término, procedente del latín, sui géneris. En Latinoamérica se escribe con mayúsculas y hace referencia a dos Carlos Alberto: García y Mestre. “Canción para mi muerte”, primer tema del lado A del primer disco del grupo (Vida, 1972), con gura de algún modo una buena parte de la carrera de su autor al hablar sobre uno de sus temas predilectos -la muerte- acompañado por melodías y armonías engañosamente simples. “Un hermoso tango en tiempo de rock”, dirá Billy Bond, productor del dúo. Veinticinco años más tarde de su separación, Sui Géneris regresó para ser un objeto mirado a través de la lente lisérgica de Say No More. En ese contexto “Canción para mi muerte” se dio la mano, con increíble naturalidad, con “Purple rain” de Prince.

V

Versiones

García hizo un arte del cover. Convirtió un tema de The Byrds (“Me siento mucho mejor”) y otro de Todd Rundgren (“In uencia”) en hits coreados por estadios (ver Concierto Subacuático). En 1998 Charly le explicaba a Rodrigo Fresán el delicado o cio de interpretar temas de otros: “¿Cómo se elige un cover? Hay que tener talento para hacerlo. Primero está el tema de la elección: puede ser gurita difícil; puede no ser el hit pero el que uno juzga debería haberlo sido; puede ser por el momento histórico en que salió (...) Creo que los coveros -como yo o Annie Lennox, que somos coveros por opción y no por necesidad- venimos a ocupar un poco la función de maestros, enseñar algo, muy didáctico. (...)Y es una buena práctica grabar covers porque practicás cómo grabar. Y cantar. Y aprendés, siempre seguís aprendiendo. (...) En cuanto a los que no cantan canciones ajenas, bueno, yo detesto bastante a esos músicos tipo ‘Yo hago mi música’ y no saben una puta canción de los otros. Son como escritores que no saben leer”. Sus registros como covero más lejanos pueden ser el “Moisés” de Vox Dei por Sui Generis para la regrabación de La Biblia o “Popotitos” (“Boonie Moronie”) junto a Serú Girán. Durante su carrera solista, pisó con pie rme el terreno de la versión recién hacia nes de los ochenta con el ya mencionado “Me siento mucho mejor” (“I feel a whole lot better”) de Gene Clark de The Byrds, hit de Filosofía barata y zapatos de goma. Desde entonces todos sus discos (a excepción del álbum de regreso de Serú Girán y Say No More) tuvieron al menos una versión en el tracklist. Los mejores: “Sólo Dios sabe” (Beach Boys), “Locomotion” (Gof n-King), “Soldado de lata” (Small Faces), “Dos edi cios dorados” (Lebón), “It’s only love” (Beatles), “Be my baby” (Phil Spector), “In uencia” (Todd Rundgren), “Linda bailarina” (Left Banke). Además

durante un verano armó el grupo Cassandra Lange para tocar covers, fugaz etapa documentada en el disco Estaba en llamas cuando me acosté. El cover fue una presencia constante en sus conciertos o grabaciones privadas. En esta condición Charly tocó temas de Peter and Gordon (“World without love”, de McCartney), Neil Young (“Out of the weekend” y “Don’t let it bring you down”), The Hollies (“Pay you back with interest”), The Band (“The weight”), The Animals (“We gotta get out of this place”), Prince (“I could never take the place of your man”, “1999”), Pink Floyd (“Confortably numb”), Violeta Parra (“Volver a los 17”), Bee Gees (“To love somebody”), The Kinks (“Waterloo sunset” y “You really got me”), Steely Dan (“Deacon blues”), Cream (“The sunshine of your love”), Carly Simon (“Anticipation”) y una gran cantidad de canciones de los Beatles y los Rolling Stones, entre muchos otros.

W

Wilson, Brian

Líder y cerebro de los Beach Boys. García lo versionó en Tango 4 junto a Pedro Aznar (“God only knows”). El abuso y la abstinencia de las drogas lo mantuvieron alejado durante mucho tiempo de conciertos y grabaciones. Aunque con matices, las similitudes de la historia de Brian Wilson con la actualidad de Charly son llamativas. Lo dijo el propio Andrew Loog Oldham en junio de 2011 al suplemento Radar de Página 12: “Desconfío mucho sobre esa rehabilitación de Charly. Una recuperación tipo Brian Wilson. Las drogas matan; también puede matar la medicación que se supone debe recuperarte”. Brian Wilson no perdió la capacidad de rodearse de e caces colaboradores y seguir haciendo buenos discos.

X-Files
Breves apuntes para iniciar una posible serie de lanzamientos de grabaciones inéditas de Charly García:

En el barrio de Flores, un señor que atiende un maxi-kiosco y dice haber sido parte de Sui Géneris en su versión sexteto, tiene en su poder un acetato con una prueba que el grupo dio en el estudio de RCA, tal vez en 1970, mucho antes del primer LP. Hay allí dos temas; uno cantando en inglés por Mario Piégari y el otro titulado “Marina”, con Nito en voz líder y Charly en segunda voz. El estribillo de “Marina” dice “Andan diciendo por ahí que se perdió/ una niña que/ se llama Marina” y la melodía coincide con “Porque estamos en la calle de la sensación/ uhh, muy lejos del sol/ que quema de amor”, claro, “Seminare”.

DVD que compila sus diversas apariciones en los programas de Juan Alberto Badía; años 1984, 1987, 1988, 1991 y 2004 y un especial sobre el concierto de Ferro en 1982. Bonus: la intervención de García en el programa Imagen de radio (ATC, 1989) del propio Badía donde interpretó en piano y voz una versión de “Jealous guy” de Lennon: “I didn’t want to hurt you / I’m just an Argentine”. Eso dijo.

La función del 25 de mayo de 1985 en el Luna Park, presentación de Piano bar. Para comprender por qué se menciona a GIT + Fito Páez (y Fabiana Cantilo y Gonzo Palacios y Daniel Melingo) como a la mejor banda de García en su etapa solista. Con Spinetta de invitado en “Una sola cosa” y “Demoliendo hoteles”. Bonus: las versiones de “Demoliendo hoteles” y “Raros peinados nuevos” publicadas como adelanto en un simple de difusión, muy diferentes a las que quedaron en el LP.

Edición Especial Parte de la religión, 3 CDs: CD 1: Los demos de este disco, reveladores del modus operandi en el estudio de García en estos años. CD 2: Show en la discoteca Space de Rosario, debut en suelo argentino de esta banda (Samalea, Lupano, Quintiero, García López, Al Martins) y de unos arreglos que lo acompañarían hasta mediados de la década siguiente. CD 3: Presentación de Parte de la religión en el Gran Rex de Buenos Aires.

Y

Yendo de la cama al living

El apabullante debut en solitario (Música del alma es un disco coral). García solista y solo, con Willy Iturri en batería y escasas colaboraciones aisladas, comienza su etapa de infalibilidad musical. Este disco es, además, un objeto cultural de los primeros años ochenta, de la guerra de Malvinas y el ya cercano n de la dictadura. Un clásico de ocho tracks que en verdad fue el disco que acompañaba a la banda de sonido de la película Pubis angelical. Icónica es su portada, foto de José Luis Perotta, primer plano de su bigote desteñido por el vitiligo que recuerda la tapa de Apostrophe de Frank Zappa. La foto fue invertida: el lado blanco del bigote está en el costado derecho de Charly. El arte interno incluye la famosa cita de Pete Townshed (“Si grita verdad en lugar de auxilio...”) sacada del Expreso Imaginario que la última edición en CD (publicada por Universal) omite.

Z

Zoca

“Mi amada está, lejos de acá, en un país hipernatural”, esta letra de “Hipercancombe” (Películas, 1977, el mismo año del nacimiento de Miguel, el hijo de Charly) refiere a Zoca y Brasil. Charly conoció a Zoca (Marisa Pederneiras) a través de Renata Schussein que llevó a García a ver la obra María María. Allí bailaba Zoca; los Pederneiras son una institución en el ámbito de la danza en Brasil, principalmente como creadores del prestigioso Grupo Corpo, que trabajó junto a músicos como Tom Zé y Caetano Veloso. “Zoca Cola”, “Promesas sobre el bidet”, “Ella adivinó”, son canciones con Zoca en mente. “Quiero treparte pero no pasa nada”, de “No bombardeen Buenos Aires”, también. A mediados de los noventa, en plena tormenta del concepto constante, Zoca buscó refugio.

Luna Park, presentación de Piano bar. Para comprender por qué se menciona a GIT + Fito Páez (y Fabiana Cantilo y Gonzo Palacios y Daniel Melingo) como a la mejor banda de García en su etapa solista. Con Spinetta de invitado en “Una sola cosa” y “Demoliendo hoteles”. Bonus: las versiones de “Demoliendo hoteles” y “Raros peinados nuevos” publicadas como adelanto en un simple de difusión, muy diferentes a las que quedaron en el LP.

Edición Especial Parte de la religión, 3 CDs: CD 1: Los demos de este disco, reveladores del modus operandi en el estudio de García en estos años. CD 2: Show en la discoteca Space de Rosario, debut en suelo argentino de esta banda (Samalea, Lupano, Quintiero, García López, Al Martins) y de unos arreglos que lo acompañarían hasta mediados de la década siguiente. CD 3: Presentación de Parte de la religión en el Gran Rex de Buenos Aires.

Y

Yendo de la cama al living

El apabullante debut en solitario (Música del alma es un disco coral). García solista y solo, con Willy Iturri en batería y escasas colaboraciones aisladas, comienza su etapa de infalibilidad musical. Este disco es, además, un objeto cultural de los primeros años ochenta, de la guerra de Malvinas y el ya cercano n de la dictadura. Un clásico de ocho tracks que en verdad fue el disco que acompañaba a la banda de sonido de la película Pubis angelical. Icónica es su portada, foto de José Luis Perotta, primer plano de su bigote desteñido por el vitiligo que recuerda la tapa de Apostrophe de Frank Zappa. La foto fue invertida: el lado blanco del bigote está en el costado derecho de Charly. El arte interno incluye la famosa cita de Pete Townshed (“Si grita verdad en lugar de auxilio...”) sacada del Expreso Imaginario que la última edición en CD (publicada por Universal) omite.

Z

Zoca

“Mi amada está, lejos de acá, en un país hipernatural”, esta letra de “Hipercancombe” (Películas, 1977, el mismo año del nacimiento de Miguel, el hijo de Charly) refiere a Zoca y Brasil. Charly conoció a Zoca (Marisa Pederneiras) a través de Renata Schussein que llevó a García a ver la obra María María. Allí bailaba Zoca; los Pederneiras son una institución en el ámbito de la danza en Brasil, principalmente como creadores del prestigioso Grupo Corpo, que trabajó junto a músicos como Tom Zé y Caetano Veloso. “Zoca Cola”, “Promesas sobre el bidet”, “Ella adivinó”, son canciones con Zoca en mente. “Quiero treparte pero no pasa nada”, de “No bombardeen Buenos Aires”, también. A mediados de los noventa, en plena tormenta del concepto constante, Zoca buscó refugio.

Re nado como Gershwin; más pesado que todos los heavys juntos

Por Fernando Samalea

Mantiene su zenith popular desde hace años y es probable que lo haga por mucho tiempo más. Y si en algún momento trastabilla, suele ofrecernos la mejor versión vernácula del Ave Fénix y aquí no ha pasado nada. Es, por excelencia, la gran estrella del rock argentino y tiene con qué. Re nado y luminoso como Gershwin o más pesado y oscuro que todos los punks y heavys juntos, sabemos que en el futuro habrá avenidas o estaciones de subte que lleven su nombre. Y quizá, en el inconsciente colectivo, su imagen tendrá más peso que la del Gardel de hoy. Nos ha mostrado el encanto de lo incorrecto, transgrediendo leyes sociales como ningún otro ciudadano libre. Si hasta policías y jueces, antes que detenerlo, pre eren su autógrafo o una foto con él. Le aceptamos cualquier capricho y, mal que nos pese, puede sacarnos una sonrisa de inmediato, aún destilando el más puro humor negro, emitiendo declaraciones políticas al límite o ante las saynomorescas esperas que supo impartirle a su propio público...

Simpáticamente diabólico, encantador, auténtico dadaísta, pagano por momentos y muy puritano en otros, siempre nos divierte con su velocidad mental y esa percepción mágica que lo caracteriza: distingue cuanto detalle se presente en una sala de ensayo o escenario, hasta las inversiones del acorde que esté haciendo algún instrumento perdido entre el estruendo de la banda. A mis trece años quedé cautivado en un concierto de La Máquina de Hacer Pájaros en el Luna Park, cuando presentaron Películas. Descubrí un mundo estético-musical que enseguida se me hizo anhelo y que potenció Serú Girán en los años siguientes. Como meta, más que ser miembro de una banda exitosa, yo quería tocar con él: pienso en el selecto núcleo aristocrático que conformó -en los primeros años ochenta- junto a Calamaro, Cachorro, Bazterrica, Willy Iturri, Fito, Fabi, Pablo Guyot, Alfredo Toth, Melingo y el Gonzo. Como muchos, crecí con el impacto de Yendo de la cama al living en el estadio de Ferro, Clics modernos en el Astros o esa inolvidable noche de Piano bar (en el Luna Park) con la fascinante puesta de Renata Schussheim, bailarines y actores incluidos. Charly muestra en sus canciones mucho de Chopin, Benny Goodman, Frank Zappa o Chick Corea, que hilvana armoniosamente con un inequívoco aire porteño. El tango según Pink Floyd, como bien declaró alguna vez. Indudablemente, su enorme personalidad consigue lo más preciado que un artista pueda pretender: ser reconocido al primer segundo de escucha. Hijo dilecto de la ciudad en los sesentas, de la esquina de Rivadavia y José María Moreno en blanco y negro, donde aún circulaban tranvías, de las primeras rebeldías... Lo escuché decir que canciones de Tanguito (a quién vio actuar por las trasnoches en teatros del centro), Almendra y Manal habían marcado su camino. Gran conocedor de mitología griega, amante del cine hollywoodense y de comedias de Mel Brooks o Peter Sellers... Hemos compartido salidas grupales -al cine, a conciertos- y fueron muchas las ocasiones en las que despuntamos el arte de escuchar discos: Joni Mitchell, Weather Report, Yes, John Lennon, Todd Rundgren, Pat Metheny, The Who, James Taylor o Steely Dan, un vinilo tras otro. Jamás olvidaré ese aprendizaje desde el sector VIP. En su lugar, tras tanta catarata creativa, desde Sui Géneris a su pluma solista, cualquier otro ya se hubiese retirado hace rato a descansar. Pero ésa no es su esencia, por suerte...Y estoy muy ansioso por escuchar las nuevas partituras.

Testimonio recogido por Pablo S. Alonso

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