¿Cómo definirías el estilo de Las Manos de Filippi?
No tenemos un estilo definido, eso nos da más libertad a la hora de crear o recrear algo. Cada uno de los integrantes de Las Manos de Filippi tenemos nuestras influencias, esto hace también que no sigamos a un estilo. Entonces, vamos de Ministry a Calitos Balá sin drama.
¿Qué opinión te merece el rótulo de “rock latino” y lo que habitualmente se considera como tal?
Fue consecuencia de la crisis capitalista mundial que comenzaba cuando nació esta etiqueta y que Europa todavía veía desde afuera. Hoy, Grecia, España y el resto de la Comunidad Europea están en plena crisis. Hubo, sí, un momento de furor en Europa por el “argentinazo” y el “piquete”, que algunos supieron aprovechar para llevar la experiencia al primer mundo. Eso fue clasificado como “rock latino”.
¿Tocás otros instrumentos de viento además de la trompeta?
No, pero toco un poco el bajo eléctrico desde los 14 años y hace unos meses pegué un contrabajo que estoy intentando domar todos los días un ratito. Aunque todavía no lo pude ni montar casi.
¿Qué te llevó a elegir la trompeta?
Como te decía, antes tocaba el bajo. Nunca tenía equipo y aparte me veía atado a tener que estar en una formación típica de batería-bajo-guitarra y eso no me gustaba. Yo quería tocar con todos mis amigos, no sólo con dos o tres. Entonces pensé que el instrumento más copado para eso era la trompeta, porque tiene versatilidad, es dulce y estridente. Aparte entraba en cualquier tipo de formación y siempre suma una trompeta en una banda. Obviamente no tenía idea y ni sabía en dónde me metía, ¡pero me gustó!
¿Qué trompeta tenés?
Tengo una Conn modelo ´54 y una Yamaha TR 232. Uso sordina con wahwah, sopapa y boquilla Bach. Mi primera trompeta fue una Parrot muy querida, a la que una vez en un show de LMF en Babilonia le cayó encima un cabezal de bajo y la mató.
Sordina, wah wah, sopapa y boquilla ¿Para qué y en qué ocasiones las utilizas?
Sordina con wah wah y sopapa más que nada en el estudio. En vivo muy poco, pero para grabar es genial y le da mucho más color a los brases. También depende de qué estilo y qué te pide la canción. Grabé bastante, tengo más de 20 participaciones como trompetista en discos, más que nada de ska y punk. El hecho de tener el estudio propio también me da la posibilidad de hacer pruebas todo el tiempo con cosas no convencionales y eso es bastante divertido.
Así como un violero o bajista digita sobre el diapasón previo a un show ¿Cuál sería ese ejercicio en la trompeta?
Antes de tocar trato de calentar los músculos de los labios con unos ejercicios de flexibilización que me pasó Richard Nant cuando alguna vez intenté aprender a tocar este instrumento. Sigo siendo bastante rústico con la técnica.
¿Tenés alguna rutina para ejercitar la respiración?
Cuando no me carcome la ansiedad intento corregir mi respiración y hacer los ejercicios que aprendí en unas clases de yoga. Pero no es mi fuerte ya que en LMF también hago muchos coros y la vorágine del vivo no me da tiempo para enyoguizarme.
¿Cómo ves el futuro del mercado discográfico?
Desde la aparición de Internet que está agonizando y los grandes monopolios ya están atrapando a los músicos entre sus tentáculos como pulpos. Creo que ahora el negocio de la música es diferente a como lo conocimos y va camino a la privatización, como todo en este sistema.
¿Qué es de la vida de Agrupación Mamanis?
Ahora estamos terminando de grabar, con Gaspar Benegas a la cabeza, el segundo disco de Agrupación Mamanis en PH, el estudio que tengo en Villa Crespo con “Huevo” (cantante de Aztecas Tupro). Estamos súper entusiasmados con este nuevo disco porque viene quedando buenísimo. Tenemos pensado darle bastante cabida a este proyecto durante este año, mientras se va cocinando lo nuevo de LMF.
¿Con qué micrófono trabajás para tomar la trompeta?
En vivo siempre un Shure SM57 y en el estudio también un 57 pero sumando un 414 para atrapar el ambiente y así tener más colores del metal.
