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Serú Girán – Spinetta Jade: Dos potencias se saludan

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Por Roque Di Pietro

En julio de 1980 apareció el número 1 de la revista Hurra, la publicación de Ediciones de la Urraca destinada al público joven y roquero. La portada estaba dedicada a Charly García: un dibujo de Andrés Cascioli, director y propietario de la editorial, en el que García aparecía con pelo largo y rubio, al mejor estilo diva o vedete de televisión. Era, indudablemente, una crítica a la reciente participación de García en el programa de Mirtha Legrand (fines de 1979), algo que, claro, no entraba en los parámetros roqueros de fines de los ‘70 y principios de los ’80. También era un comentario, no menos crítico, al estigma de “cirquero” que parte de la prensa musical le había adjudicado a Charly a raíz de sus vestuarios estrafalarios (frac con zapatillas en el Adiós Sui Generis; trajes blancos, flores en la boca y, a veces, diversos cambios de ropa para La Máquina de Hacer Pájaros; una malla de bañista de los años ’30 en el debut de Serú Girán en Obras) y su actitud despreocupada en escena: García bailaba, decía cosas aparentemente sin sentido entre tema y tema (sobre todo en la última época de Sui Generis), iba de acá para allá en el escenario; por todo eso Charly era un “cirquero”, un “divo” y, más tarde, una “estrella”, términos casi despectivos para un músico de rock comprometido de fines de los ‘70. El concepto de la tapa de Hurra, además, enfrentaba a García con Spinetta: “Charly García vs. Louis Al Spinetta. ¿El rock es un partido de fútbol?”. Esos eran los titulares, que jugaban con la idea del carácter extranjerizante del rock, por eso el anglosajón “Louis Al” equiparándolo al ya foráneo “Charly”.

El interior de la revista, sin embargo, presentaba un comentario muy favorable de Gloria Guerrero de los conciertos de Serú Girán realizados el 6 y 7 de junio de 1980 en Obras (Haciendo surf sobre las olas), una entrevista de Alfredo Rosso a García días después de esos recitales (Charly García y la historia de un grabador que hizo ¡piff!) y, finalmente, lo que se vendía en la tapa: una nota con forma de análisis sociológico firmado por Eduardo Mileo (Pequeña historia y presente del rock y alrededores) que planteaba la encrucijada en la que se encontraba el rock nacional en las primeras horas de la década de los ’80. Para el autor, el “movimiento” del rock hecho en Argentina estaba acosado por las garras del negocio y cayendo en la trampa del profesionalismo y sugería que la única vía de escape estaba en la independencia (el modelo M.I.A.) para recuperar así el espíritu amateur con el que había nacido esta música. Para graficar dos corrientes opuestas dentro del rock argentino Mileo eligió a García y Spinetta (la nota está ilustrada con otro dibujo de Cascioli: Charly con la camiseta de Boca; Luis Alberto con la de River). García representaba -textual- “la decadencia del rock, (…) la cabeza visible de un sector que ha comenzado su declinación irremediable”. Spinetta, en tanto, era el símbolo de quienes “han mantenido el mismo espíritu de los inicios, conservando una actitud artística honesta y en crecimiento”. (Gloria Guerrero, secretaria de redacción de Hurra, publicó al final de este informe una “Nota de la Redacción” donde tomaba distancia de algunos de los conceptos allí expresados: “Ni Spinetta es tan infalible ni Charly es tan careta”, decía, entre otras cosas.)

Aunque tres décadas más tarde puede entenderse la nota de tapa de la edición número 1 de Hurra como una pieza de periodismo sensacionalista-musical (aunque las referencias a lo estrictamente musical brille por su ausencia), es probable que la publicación de este informe haya ayudado a la realización de los históricos conciertos de Serú Girán y Spinetta Jade en Obras Sanitarias en septiembre de 1980, hace, ahora, treinta años. Una suerte de respuesta pergeñada por García y Spinetta y sus respectivos grupos para desmentir un supuesto enfrentamiento; un intento de unificar las veredas opuestas –sobre todo las éticas antes que las estéticas- en las que pretendían situarlos (La revista Pelo en su edición número 135 cuestionaba la genuina naturaleza de la reunión al consignar que el fin de semana en que se realizaron los conciertos de Serú Girán y Jade el estadio Obras estaba reservado para un encuentro similar pero entre Spinetta y León Gieco. Tras la imposibilidad de realizar este recital surgió la idea de convocar a Serú Girán.). Decía Spinetta en los días previos al evento: “Muchas publicaciones utilizan dos figuras importantes como pueden ser Charly o Spinetta simplemente para vender páginas. Todas las confusiones nacen de su propia imaginación. Ellos suponen que Spinetta es una especie de gurú inclaudicable y que Charly García es una especie de chancletero pernicioso. En este concierto vamos a demostrar que somos dos profesionales y que nos podemos juntar en un proyecto y hacerlo y romper todo. Así se aclaran muchas cosas, si es que estaban confusas”.

Los movimientos fueron rápidos: el número 2 de Hurra, de agosto de 1980, ya anunciaba la realización del concierto para el mes de septiembre. En ese momento Jade era el flamante proyecto de Luis; había debutado el 3 de mayo en Obras -en un show compartido con La Eléctrica Rioplatense de Emilio del Guercio- junto a Pomo (batería), Juan del Barrio (teclados) y, en carácter de invitados, Lito Vitale y Pedro Aznar. Para los shows con Serú Girán, Jade alistó a Pomo, Juan del Barrio, Beto Satragni en bajo y Diego Rapoport en teclados; la misma formación que poco después grabaría el disco Alma de diamante. Además, Spinetta venía de participar en la reunión de Almendra y de grabar -y publicar- su polémico disco en Estados Unidos, Sólo el amor puede sostener. Serú Girán, en tanto, avanzaba ya casi sin obstáculos hacia el sitio del grupo más popular del rock argentino de la época: luego de un duro comienzo en los que fueron fuertemente criticados por la prensa (especialmente en la presentación del primer LP en noviembre de 1978 en Obras, algo que continuó durante varios años, sobre todo, como vemos, en ataques a la personalidad de Charly) la cosa se dio vuelta para la época de La grasa de las capitales, hacia fines de 1979. En septiembre de 1980 todavía no estaba en la calle Bicicleta pero las canciones que lo integrarían ya eran parte central de los recitales. Además, pocas semanas antes del concierto con Jade, Serú Girán había tocado en el Rio Monterey Jazz Festival (en Río de Janeiro) donde fueron programados junto a John McLaughlin, Weather Report (con Jaco Pastorius), Pat Metheny (Pedro Aznar conoció allí a Metheny y le entregó un casete con su música; el principio del final de Serú Girán), el Art Ensemble of Chicago, Hermeto Pascoal y McCoy Tyner, entre otros. (Muchos de estos artistas actuaron a los pocos días en Buenos Aires en el Festival BUE ‘80 en el Luna Park.)

Aunque la mayoría de las fuentes indican que los conciertos compartidos entre Serú Girán y Spinetta Jade fueron dos, la edición número 51 de Expreso Imaginario (octubre de 1980) habla de tres fechas (12, 13 y 14 de septiembre) y cuatro funciones (“con lleno casi total”). Existe una grabación (muy fácil de encontrar en internet) con un sonido más que aceptable de uno de esos conciertos, aparentemente del día 13. Afortunadamente alguien se tomó el esfuerzo de grabarlo y conservarlo y dejar así un documento magnífico como lo es este registro. La grabación arranca con el primer tema apenas comenzado. Está Spinetta en el escenario con su guitarra Ovation y el tema que toca es “Que ves el cielo”, de Invisible modelo ‘76. A la altura de “Son tantos tus sueños, que ves el cielo” el público comienza a aplaudir y a vivar a Charly García, que ha ingresado al escenario o se ha hecho visible. La segunda estrofa del tema se demora pero finalmente arranca García: “Hoy tu sonrisa es limpia y gira” y a la altura de “No importa tu nombre si me puedes contestar” ya se puede escuchar el piano Yamaha CP70 de Charly. El siguiente estribillo ya está cantado por los dos y Charly se suelta un poco más al piano. Luego repiten la segunda estrofa a dos voces, con Charly, extrañamente, armonizando en el registro agudo de la canción. Tres minutos diez segundos de una joya sonora, acaso la primera que reúne a Spinetta y García, ya convertidos en esa época en los dos tótems de la canción pop-rock de este país. Sigue el concierto; el público celebra con el cantito de Woodstock (“ohh oh oh oh”). Ahora tocan “Cuando ya me empiece a quedar solo”, de Sui Generis ‘73. Piano y voz, García y Spinetta, respectivamente. Charly no interviene nunca en el canto. A partir de “Una vejez sin temores” la voz de Spinetta se escucha con un eco que no es un muy beneficioso para la impecable performance que está realizando. El efecto se acaba antes del último tramo de la letra. El público reacciona al verso “Y un millón de manos que me aplauden”. También ovaciona al final del tema. Se supone que es el momento en que Spinetta se mueve hacia el piano donde está García y ambos estrechan sus manos. El fotógrafo -no acreditado- de Expreso Imaginario hizo click en el momento exacto y consiguió una instantánea para la historia. Los protagonistas son cuatro: García, Spinetta, el piano Yamaha y la Ovation en la espalda del Luis. La banda de sonido de esta imagen es un Obras colmado, aplaudiendo. El recital sigue: el piano de Charly anuncia que van a tocar “Música de alma”, con Spinetta en guitarra y David Lebón (guitarra eléctrica y voz) también sobre el escenario. Desde el segundo “Tomemos todo el aire que nos queda para respirar” el tema se canta a tres voces. Antes de retirarse Spinetta anuncia: “Voy a presentarles a un conjunto muy importante, Serú Girán”. Con Moro y Aznar sobre el escenario, comienza el set del cuarteto.

En esta grabación están “Canción de Hollywood”, “Noche de perros”, “Viernes 3 AM”, “A los jóvenes de ayer” y “Encuentro con el diablo”. Los comentarios de las revistas de la época (Hurra, Pelo y Expreso Imaginario) fueron las fuentes consultadas para esta nota) también mencionan a “Cuánto tiempo más llevará”, “Frecuencia modulada” y “Perro andaluz” en el setlist de Serú Girán. Además consignan que en diversas funciones alternaron “Loco (No te sobra una moneda)” con “Seminare”.

Luego del set de Serú Girán, se escucha otra vez a Spinetta, que parece que lleva las riendas de la conducción del recital: “En cuanto a lo que respecta a Spinetta Jade vamos a empezar con ‘Dale gracias’”. Tocan, en efecto, “Dale gracias”, con el bajo desde el teclado de Juan del Barrio. Es música inédita de Spinetta, como casi todo lo que tocará esa noche junto a su flamante grupo. Le sigue “Amenábar” un tema instrumental, una postal de época en la que el jazz-rock era una fuente de recursos para toda la música popular, el rock argentino incluido; en este tema se incorpora Beto Satragni. Luego llega “Alma de diamante”, tal vez una de las más grandes canciones escritas jamás por Spinetta (quizás compuesta bajo el influjo de “Good night”, de The Beatles, con el concepto sonoro de Plastic Ono Band, el álbum en solitario de John Lennon, y el célebre solo de sintetizador de Juan del Barrio que lleva toda la música a otro plano, a un lugar conocido -o sospechado- como spinettalandia). Luego tocan la versión en castellano de “Sólo el amor puede sostener”, que en el disco homónimo fue registrado en inglés (traducida como “Only love can sustain”) y “La diosa salvaje”, tal vez en su primera interpretación en público. La grabación disponible de este concierto no ofrece más de Spinetta Jade. La prensa de la época dice que también tocaron “Digital Ayatollah”, “Con la sombra de tu aliado” y “Un viento celeste”, que Spinetta dedicó a David Lebón e interpretó con Gustavo Bazterrica como invitado (Bazterrica venía de tocar en el disco “americano” de Luis Alberto). Es decir que a lo largo del ciclo Jade tocó casi todo el álbum Alma de diamante más un tema que se grabaría en Los niños que escriben en el cielo (“Un viento celeste”) y la canción titular de Sólo el amor puede sostener.

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Con Jade sobre el escenario, Spinetta anuncia “al mismísimo grupo Serú Girán”. Sube el cuarteto al escenario de Obras y se une a Jade; según Gloria Guerrero en Hurra ahora el equipo forma así: Diego Rapoport, Juan del Barrio, García y Pedro Aznar en teclados; Lebón y Bazterrica en guitarras eléctricas; Spinetta con la Ovation; Beto Satragni en bajo; Pomo y Moro en baterías. Se escucha que los músicos se acomodan en sus instrumentos y Spinetta vuelve a tomar el micrófono: “Solamente les quiero pedir una cosa, hay muchísima gente y hay muchísima energía, estemos ahí, tranquilos, y no hagamos lío, no rompamos nada, por favor se lo pedimos”. El público vuelve con el cantito de Woodstock y a manifestar su apoyo a los dos protagonistas de la jornada. Finalmente comienza la música; el tema es “Cristálida”, la canción que cierra el segundo álbum de Pescado Rabioso, Pescado 2, de 1973, con el propio Lebón en su formación. Cuando Spinetta canta el inicio del tema -“Aguas claras de Olimpos”- el público lo reconoce y aplaude. Una elección para nada obvia y memorable. Se oyen coros de García (“Tentando a la colina”, “Cruzando la tormenta”) aunque en verdad se trata de una gran versión de “Cristálida” pero casi sin la intervención de Serú Girán. Luego de ocho minutos de “Cristálida” Serú Girán más Jade ofrecen “El mendigo en el andén” en una versión más lenta y relajada que las habituales de la época e incluso que la grabada en el primer álbum de SG. Spinetta canta “Si suave es tu corazón / ya no volverás aquí” y armoniza con las voces de Lebón y García en otros pasajes del tema. Es el final del concierto, aunque todavía falta un bis. “Vamos Luis” dice Charly y lo que suena es “Despiértate nena” otra vez con las dos bandas sobre el escenario. Canta Spinetta, canta Lebón, solo de Rhodes de Diego Rapoport, solo de órgano de Juan del Barrio y vuelta a la estrofa. Ahora el solo es de García en el Yamaha, le sigue la guitara, tal vez, de Bazterrica, las guitarras de Spinetta y Lebón no se escuchan bien y vuelve Bazterrica al centro de la escena (aunque Gloria Guerrero dice que la viola con problemas de sonido es la de Bazterrica). Ahora cantan, juntos, Lebón y Spinetta y llega el fin. Luis Alberto es quien saluda: “Gracias, esto fue todo”. En las revistas también destacan unas palabras finales de Spinetta que esta grabación no contiene: “Esto es, sin demagogias ni pensamientos raros, una unión…”.

Por primera vez Spinetta y García cruzaban sus caminos en un escenario. Luego en 1982 improvisaron (junto a Pedro Aznar) un tema en el estudio que se llamó “Peluca telefónica” y se publicó en Yendo de la cama al living, el debut solista de García. En 1985 intentaron un disco juntos; se invitaron a sus respectivos conciertos en el Luna Park (García presentando Piano bar; Spinetta con Madre en años luz) y tocaron en vivo en un programa de TV, pero el álbum a cuatro manos no se hizo. Desde que la grabó en 1987, Charly nunca dejó de tocar “Rezo por vos” (letra de Spinetta; música de ambos, dicen los registros de Sadaic), la más célebre sobreviviente del proyecto naufragado del 85 “Spinetta grabó su propia versión en el álbum Privé en 1986”. En el llamado Concierto subacuático de Vélez de octubre de 2009, que marcó el regreso de Charly luego de su retiro de más de un año, Luis Alberto fue el único invitado; allí tocaron “Rezo por vos”. Aunque suena a fábula, quienes estuvieron esa noche en Vélez podrán asegurar que en el preciso instante en que García y Spinetta se abrazaron hubo una explosión en el cielo y se largó la lluvia más impresionante que mucha gente habrá visto alguna vez; fue un momento extraordinario porque desde que Spinetta pisó el escenario y la música comenzó a sonar (problemas técnicos, instrumentos y micrófonos que no sonaban, etc.) transcurrieron no menos de cuatro o cinco minutos con un diluvio inolvidable cayendo sobre 40 mil personas. Una fabulosa tensión que inexplicablemente (al igual que la presentación de García a Spinetta: “Mi ídolo, mi maestro, mi amigo”) no está presente en el DVD que documenta aquel concierto. Dos meses más tarde García volvió a Vélez pero esta vez como invitado de Spinetta en el concierto de las Bandas eternas para volver a tocar “Rezo por vos”. Minutos antes Luis le había ofrendado una hermosa versión de “Filosofía barata y zapatos de goma”, un tema que todavía está en el repertorio del Flaco, y se la puede escuchar, cualquier noche de estas, en el cine de tu barrio.

Un agradecimiento especial al archivo de Gourmet Musical Ediciones y a su director Leandro Donozo: www.gourmetmusicalediciones.com

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