Entrevista: Matías Martínez
¿Cómo armaste la lista de temas para tocar en Buenos Aires? ¿Por qué elegiste “What a wonderful world” para tocarlo acá? De acuerdo al show y a la ciudad donde toque es que elijo la lista de temas. Siempre incluye 29 o 30 temas de Ramones, que es como una hora y algo de show. Con respecto a “What a wonderful world” [canción escrita por Bob Thiele y George David Weiss y popularizada por Louis Armstrong] la grabamos juntos para el disco solista de Joey [Don´t worry about me, 2002] y tengo un gran recuerdo de aquella grabación. La idea era elegir una canción que sea conocida por todos. Aquella vez la grabamos en una hora, en una sola toma.
Muchas veces nombraste a Ringo Starr y Tommy Ramone como tus influencias.
Sí, pero Tommy no fue una influencia para mí. ¿De dónde sacaste eso? ¿Lo leíste en Wikipedia?
Sí...
Tommy [primer baterista de Ramones] era bueno, pero no tenía un estilo. Cuando Tommy comenzó a tocar la batería yo ya había grabado cinco discos [con Dust y Richard Hell and The Voidoids]. Él no fue una influencia para mí, él no me mostró la manera de tocar, yo ya sabía lo que tenía que hacer. Wikipedia está equivocado con respecto a eso [risas]. En aquel momento con esas bandas yo tocaba de otra manera. No considero a Tommy una influencia, yo tuve mucho que aprender para construir mi propio estilo que se basó principalmente en la forma de tocar de Ringo Starr de The Beatles, pero tocando mucho más rápido.
Entonces fue Ringo tu influencia más clara, pero vos también influenciaste a una generación de bateristas. ¿Sentís que creaste una manera de tocar? Gracias por eso, yo no lo sé con seguridad, pero es bueno oírlo. Sí creo que fuimos Tommy y yo quienes creamos ese estilo. Nosotros inventamos la manera de tocar el punk-rock que duró todo este tiempo hasta llegar a bandas como Green Day, Rancid, The Offspring, Black Flag que imitan esa manera de tocar. Incluso The Clash y Sex Pistols. También Attack ]y Expulsados, un montón de ellas, pero estoy agradecido, realmente agradecido a todos ellos.
¿Cuál es la clave para lograr esa técnica de batería? ¿Dónde se encuentra?
En los dedos [comienza a tocar con un grisín y a marcar el ritmo en la mesa]. No necesito mover mi brazo, me alcanza solo un dedo.
¿Y dónde se encuentra el secreto del sonido del punk rock?
En la energía, en la velocidad y la precisión para tocar. No podés tocar ni ser un músico de punk-rock si sos desprolijo, tenés que tener precisión con tu instrumento, saber llevar el tiempo.
Conociendo tanto el estilo y siendo tan influyente. ¿no pensaste en ser productor?
Yo aprendí mucho de Phil Spector, de pasar tiempo con él, salíamos a beber juntos. Él me enseño muchas cosas y yo aprendí básicamente lo que es la producción y lo apliqué en mi propia banda, en los discos que grabé con The Intruders [la banda que lideró, no confundir con el grupo soul del mismo nombre]. Siempre supe que era capaz de producir bandas, eso no era un problema, y produzco bandas que me gustan, si no me gustan no voy producirlas, te tiene que gustar lo que vas a producir, o de otra manera no saldrá de tu corazón, no lo vas a sentir. Tenés que quererlo, eso es lo importante.
¿Qué palillos utilizás? ¿Ambos son de la misma medida o uno de ellos es más fino que el otro?
Utilizo palillos 3A Vic Firth American Classic, ambos de la misma medida. Pero cuando ensayo uso palillos de “marching band” de estilo militar. Cuando estaba en el colegio estaba en un grupo de tambores de una marcha militar, allí tuve mi primer acercamiento a algo parecido a una batería.
¿Recordás cuál fue tu primera batería?
Cuando era chico tuve una batería japonesa, muy barata. Yo trabajaba de delivery para una farmacia, llevándole remedios a la gente vieja en una bici, en Brooklyn. Así ahorré en una alcancía que un día rompí de un golpe para sacar todo el dinero que tenía, fui y me compré un redoblante, después le agregué un tom, después el bombo, luego el otro tom y unos platos muy malos y muy baratos. También repartí diarios para juntar dinero y así pude ir armando mi batería por partes.
