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Pablo Sbaraglia: El carbónico está gastado

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Entrevista: Matías Martínez
Fotos: Gentileza KVK Fotos

¿Creés que el conocimiento técnico para el uso de consolas y hardware relacionado al estudio va en paralelo con el aprendizaje del instrumento? Hay músicos que nunca se enteran que está pasando en el control mientras graban y otros que nos interesa y nos gusta saber cómo se está grabando. Yo oscilo entre esas dos posturas, casi 50 y 50. Por momentos estoy componiendo y sólo toco, en otras épocas me siento atrás de la máquina a grabar. Hoy es más común que los músicos puedan hacerlo por la facilidad que da el uso de la computadora en casa, e incluso no hace falta contar con tanta tecnología, se pueden lograr cosas que en tiempos de portaestudio de cuatro canales no se podía, sólo basta con plug-ins, una placa de audio decente, un micrófono bien, no grabar en el baño y que te guste. Con eso podés llegar a un lugar que antes no podías.
De todos modos sigue habiendo una reivindicación de la válvula y los sonidos analógicos.
Porque suena mejor. Sin embargo hay una discusión que es como un River y Boca, que es el uso de la cinta: yo creo que sólo distorsiona y mete soplido, no así el uso del hardware, eso sí notoriamente te hace sonar mejor. Para usar cinta, hace falta que sea nueva (lo cual es difícil de conseguir y sale carísimo), que la máquina esté calibrada, y no hay muchas posibilidades de eso hoy en Argentina.

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Con la aparición del mp3 y la posibilidad de acceder a la música por Internet se dejó de apuntar a realizar un primer disco de alta calidad, sino simplemente a grabar un material y salir con eso como carta de presentación ¿Qué relación tenés con la música actual? ¿Escuchás artistas o bandas nuevas? Hoy creo que es imposible luchar contra el mp3, sería ridículo, como luchar con tres caballos contra las máquinas de vapor en la revolución industrial. Lo que sí creo, por lo menos en la música que yo hago que es rock, pop, canción, es que está gastado el carbónico, no hay ideas nuevas. Quizás esté desgastado el género y de la mano de eso también viene la calidad del audio ya que es más fácil terminar de grabar en casa con un presupuesto bajo y ya salir a la calle con un material, lo cual es bueno, pero atenta contra la calidad del sonido.

Las palabras “indie” y “lo-fi” sirven para explicar o justificar esa tendencia, tal vez. Sí, pero pasa que sólo acá en Argentina se lo utiliza para definir esto, en otros países las bandas indies te aseguro que suenan de puta madre porque hay estudios que conservan las máquinas de los ‘60 y así las bandas se gastan una fortuna para sonar con ese sonido característico. Aparte de ser un movimiento basado en la independencia, el “indie” es un género, no es solamente mandarse a grabar y salir así nomás con un disquito. Es común que las nuevas camadas de músicos cuando se acercan al estudio [el estudio de Sbaraglia se llama Filos el Tibetano] o consultan para hacer una grabación mencionen bandas actuales como referencia para sonar, Los Piojos, Divididos. No es que esté mal, pero no escuchan a The Who, Zeppelin o Hendrix. Si vos creciste escuchando una cosa es normal que quieras sonar así. Creo que por más que esté en un mp3 se siente la diferencia de cómo fue tocado o cómo fue grabado. La tecnología va muy ligada al estilo musical e históricamente se desarrolló en base a eso.

Además del teclado tocás la guitarra ¿desde dónde suele surgir la composición? Realmente soy más tecladista que guitarrista. No soy un violero de solos, más bien un decente guitarrista rítmico. La composición puede venir de ambos instrumentos. En el caso de los temas más rápidos, rockeros, puede venir de la guitarra y las baladas del piano, aunque hay excepciones, como el caso de “Nada! (Zippo rock)” [el tema que canta junto a Indio Solari] que tiene un riff de guitarra pero surgió tocado en el piano. Cuando pasé el tema a la guitarra pensé que hubiera sido muy difícil que pudiera haber salido desde la guitarra porque hay una sucesión de cinco semitonos seguidos, lo cual lo hace complicado de tocar porque no es una posición natural para la guitarra.

¿La inclusión de Solari para cantar este tema era algo que ya tenías pensado? En realidad cuando escucho una canción terminada y veo que por ahí no me queda bien para cantarla, le busco la forma, modifico la melodía hasta poder tenerla cómoda para cantar. En el caso de este tema, cuando lo escuché pensé directamente: “si no lo canta el Indio, no lo hago”. Curiosamente lo tenía compuesto y lo tocaba en vivo antes de conocerlo al Indio. Para esa época llegó a mis manos el disco El tesoro de los inocentes, algo difícil de conseguir en España y me busqué mi momento para escucharlo, no lo puse de fondo en una charla, y cada minuto que pasaba escuchándolo era más fuerte la sensación, me ponía nervioso, algo me hacía vibrar y me sentía cercano a ese disco, como que pertenecía a él. De hecho hay un tema que es “Pabellón séptimo” que termina y dice “Pablo”.

¿Con qué salís al vivo? Con mi teclado Roland RD 600, que es lo mejor que vi en teclas pesadas hasta que encontré un RD 700 con teclas de madera. A veces suelo acompañarme con una compu, menos en los shows del Indio, donde están prohibidas las computadoras y armamos una infraestructura usando muchos viejos aparatos que ya no se fabrican, casi como un museo viviente de la década del 80. Con Indio también llevo un sampler AKAI S6000 que nos permite emular los sonidos que se lograron en el estudio (sino tendríamos que cargar con una rackera gigante de efectos), un sequencer Q80 de Kawai y un controlador de los ADAT como sincro master de las programaciones mías y de los violeros e incluso para las consolas de PA y monitoreo. Cuando prendemos todo es como si apareciera un cartel que dice “welcome to the 80’s”, todo porque Indio no quiere usar computadoras en vivo, no quiere correr el menor riesgo. Una vez charlando de eso me dijo que si le doy el 100%, el CIENTO POR CIENTO de seguridad, todo bien... y me cagó [risas], no le puedo dar semejante garantía de que las computadoras no fallen. Cuando yo salgo en vivo, como solista, voy con el piano, hay algún Moog o efectos de estudio, pero al ser canciones, voy con algo básico, fácil, práctico. También llevo mi guitarra, una Telecaster ’71, y un equipo Hendrix, que es un equipo hecho a mano, yankee que tiene un tono entre el Vox y el Mesa Boogie, con poquitos pedales, un pre de Vox, con una valvulita para romperlo un poco.

¿Cómo desarrollaste tu veta de productor? Eso de sentarse frente a la obra de otra persona para opinar, aportar y modificar ideas ajenas... En mi último disco, aparte de componerlo, tocarlo y grabarlo, también hice la mezcla, lo cual lo convirtió en una pesadilla. Pero ocurre que no siento la necesidad de un productor porque, justamente, creo tener desarrollada esa capacidad. Sí creo que podría contar con un buen ingeniero, pero como cuento con mi estudio no tengo los tiempos acotados, puedo explayarme en tiempo. Me pasó en un tema hacer más de 60 tomas. Si yo fuera el productor te corto antes y te mando a tu casa. Por eso el haber sido el compositor, instrumentista, productor, arreglador, técnico y el dueño del estudio, volvió todo una pesadilla, no había nadie que me echara a patadas de acá. Para trabajar con otros encontré una mecánica de laburo: de movida me tiene que gustar lo que escuche, que me muestre que puedo llevar eso hacia algún lado, que obviamente esté relacionado estilísticamente con mi gusto personal, que algo en esa canción me conmueva y me transmita sensaciones.

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