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Rubén Gaitán: 40 armónicas por show

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Hay marcas referentes de acuerdo a cada instrumento. Guitarras Gibson, bajos Fender. ¿Armónicas Hohner? Sí, Hohner. Hay otras marcas, Suzuki, Hering o Lee Oscar, son buenas armónicas, pero la diferencia está en el material del que están hechas las lengüetas, una aleación de cobre y bronce que tiene una resistencia diferente, con la que se puede conseguir un tono, otra resonancia, tiene mayor presencia.

¿Tenés alguna rutina de ejercicios para poder mantener el caudal de aire? La respiración intercostal es un tanto problemática si no está bien manejada, se endurece el pecho y quita resonancia a las notas aspiradas, ya que la armónica no es soplar y nada más como creen muchos, la mayoría de las notas son aspiradas. La mejor respiración es la diafragmática, y para esto hay que llevar una rutina de ejercicios. Trabajar tres veces por semana el aire, estar horas entrenando, como cualquier otro instrumento de viento. Se pueden tocar veinte mil notas, pero si el diafragma no está bien entrenado se hace imposible poder darle sustain a una nota, o mantener un vibrato.

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Hay dos tipos de armónicas, cromáticas y diatónicas. ¿Cuáles son sus diferencias? Las cromáticas son aquellas que tienen un botón al costado y vos tenés todas las notas dentro de la armónica, como un piano. Hay de cuatro octavas o cinco octavas, y el botón te permite generar los semitonos. Las diatónicas, son diatónicas naturalmente, pero al hacer ciertas modulaciones que se llaman bendings (notas dobladas), se puede producir notas que te faltan. Por ejemplo en la primer celdilla tenés Do soplando y Re aspirando, cuando vos modulás de cierta manera obtenés el Re bemol, le bajás un semitono; en la segunda celdilla soplando hay un Mi y aspirando un Sol, pero modulando se obtiene el Sol bemol y el Fa, obteniendo así esas notas que están faltando. Hay bendings del 1 al 6, y del 7 al 10 soplando se va bajando de nota, bendings agudos. Después, bendings sobre soplados del 1 al 6, y del 7 al 10 aspirando, sobre doblados. Esto convierte a una armónica diatónica en una cromática, pudiendo así tocar con una sola armónica en todos los tonos, siempre hablando de una armónica en Do. Pero un armoniquista tiene que llevar doce armónicas. Yo para un show llevo cuarenta. Se puede hacer polirítmicas tapando con la lengua algunas celdillas y soplando sobre las otras dejándolas sonar. También octavas, séptimas o quintas, con la lengua en bloque; también se puede hacer trinos de lengua; todas estas variantes se pueden aplicar a una armónica.

¿Cuántas armónicas tenés? Más de cien. Contando las que uso para tocar en vivo y las que tengo de colección. Hace poco para una producción de Pol-ka fui contratado para ser coach de Pablo Rago, ya que su personaje tocaba la armónica. No aprendió a tocar, sino a hacer los movimientos ya que no contamos con el tiempo suficiente. Además de ser coach le alquilé las armónicas de época.

¿Hay micrófonos especiales para tocar con armónica? ¿En qué ocasión se utilizan cada uno? Depende los casos, también utilizo pedales y hasta incluso amplificadores para no salir por línea. Si toco solo con mi banda y soy yo quien va al frente con el instrumento, nunca saldría por línea. Pero en el caso de Ratones Paranoicos o de otra banda de rock, fuerte, con guitarras, sí salgo por línea ya que voy acompañando. El micrófono que uso es el Shure 707A que se fabricó originalmente entre el ‘40 y el ‘60, y el Astatic JT 30 que dejó de fabricarse hace muchos años. También están el Shure 520, el Honhner, pero hoy uso los micrófonos que fabricamos con mi hermano con el sonido que a mí me gusta, más grave, con más presencia y no tan saturado. De bronce en la parte de adelante para poder cromar y la parte de atrás la hacemos de aluminio, que lo hace más liviano y un poco más chico y más cómodo que los originales. Uso pedales de delay o un octavador, y en algunos toques uso flanger. Actualmente uso equipos Stagg, sino también Fender Bassman que me da un sonido más fuerte y envolvente; Blues Deville también es un buen equipo.

¿Cómo comenzaste tu relación con el instrumento? Comencé tocando piano y guitarra, hice el conservatorio pero trabajaba de otra cosa, en la parte de finanzas de una empresa, y un día vi una película de Vietnam, y de pronto, en cuestión de segundos, vi en una escena un soldado tocando un blues en la armónica. Eso me cambió la vida radicalmente, de pronto renuncié y dejé todo. Me hacía feliz tocar, y así empecé, encerrado, después de comprar miles de discos y arrancando a tocar sin saber siquiera como sonaba la armónica. Tenía 22 años más o menos, con una armónica de 7 pesos Blues Master.... El primer disco que compré fue de Sonny Boy Williamson, uno de los más grandes armoniquistas de la historia, como el B.B. King de la armónica.

¿En qué consistió tu formación como armoniquista? En esa época el único armoniquista que había en la Argentina era Luis Robinson. Fui un par de meses a tomar clases con él, pero yo buscaba más. No me conformaba con lo que había aprendido y justo tuve la oportunidad de ser contratado en el único club de blues que había en la ciudad, el Blues Special Club. Justo se dio que trajeron a James Cotton, también a Flavio Guimaráes de Brasil y Billy Branch que fue otro gran armoniquista. Absorbí mucho de ellos, pero siempre traté de buscar por mi cuenta, siendo muy perfeccionista, seguí investigando y buscando material.

¿Cómo debe ser el mantenimiento y cuidado del instrumento? De movida una armónica nueva no es garantía de que suene bien, por lo tanto hay que llevarla a un luthier como a cualquier otro instrumento. Es común que una lengüeta esté desafinada, hay dos por orificio, una soplada y otra aspirada, esto en las diatónicas que son las más populares, trabajan en paralelo, al soplar suena la de arriba y la de abajo se abre, y al aspirar se abre la de arriba y suena la lengüeta de abajo, así en las diez celdillas. Depende de la frecuencia de uso se van deteriorando, yo rompo 7 u 8 por mes, sino puede durar 3 meses.

El mantenimiento depende del material del que esté hecha la armónica, las hay de madera y de teflón, esos serían los grupos más grandes. Las de madera se pueden mantener lavándolas, raspando las celdillas ya que se junta basura entre ellas, pero no recomiendo mucho abrirlas porque pueden mover las lengüetas y después no vuelven a su lugar. Es común encontrarse con las armónicas afinadas en 440, pero sucede que en vivo la presión que se ejerce es mayor entonces conviene que esté en 442, y si se desafina un poco ya no llegás.

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