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Nico Sorín: "No es necesario venir del tango para poder tocar Piazzolla"

Nicolás Sorín

Entrevista: Hernán Osuna
Fotos: David Lescano

Para Nico Sorín (Buenos Aires, 1979), la búsqueda continúa y la inquietud siempre son fundamentales a la hora de encarar un nuevo proyecto musical. No estamos hablando de un improvisado: el hijo del cineasta Carlos Sorín, estudió en el prestigioso Berklee College Of Music de Boston, USA, dirigió la London Session Orchestra, la México Symphony Orchestra, estuvo en Sorín Octeto, Fernández 4; armó Octafonic para deconstruir su parte académica y sacar su rockero interior y ahora comanda Astor Piazzolla 8cteto x Nico Sorin, un grupo de músicas y músicos que recrea la música de la banda que acompañó al legendario compositor  argentino a grabar su mítico disco en el teatro L'Olympia de París en 1977.

Insam

La versatilidad musical de nuestro entrevistado, se escucha en cada nota de Astor Piazzolla 8cteto x Nico Sorín; un grupo que no tiene miedo de encarar una obra como "Adiós Nonino" y atacarla con arreglos de reggae, rock, música y tango, por dar un ejemplo. Esa avidez de abordar distintos géneros ("Me gustaría trabajar en música de Atahualpa Yupanqui a Britney Spears, en ese rango", dice Nico mientras apurá un café), también se refleja en su manera de hablar y en esta entrevista. Con total naturalidad Sorín habla tan apasionadamente de Piazzolla, como del compositor Ryuichi Sakamoto, el dúo de música electrónica israelí Infected Mushroom y más.

La charla también giró en torno a los cambios en los consumos de música, la democratización de los canales para que músicas y músicos conecten con su audiencia, la inteligencia artificial, las diferencias entre la composición de música para películas o filmscoring con una pieza tradicional y más. Sobre el gran Astor, Nico quien está en pareja con Lula Bertoldi de Eruca Sativa, y es papá x 2, asegura: "A veces pienso: '¿Cómo puede existir esta música?” “A quién se le ocurrió esto?' ”.

¿Cómo surge la idea de montar este Astor Piazzolla 8cteto x Nico Sorin que homenajea la era del recordado Octeto Electrónico que grabó aquel mítico disco en el Olympia de París de 1977?
Todo comienza con un pedido de mi colega y amigo Pipi Piazzolla, nieto del gran Astor. Pipi, en el marco de los 100 años del nacimiento de Astor, me ofreció hacer un concierto recreando ese mítico show parisino que mencionabas. Fue un show único y realmente superó mis expectativas. Yo nunca había coqueteado con el tango, era algo que me daba un poco de pudor, porque no venía de ese palo. El tango es muy de nicho, pero luego de mi di cuenta que Piazzolla no es de nicho, es universal. Lo que me pasó fue que lo redescubrí al ver las partituras, su caligrafía y la música, es darme cuenta del pedazo de compositor que era. Así que hicimos el concierto con una banda de dementes (risas); algunos no venían del tango. Fue un poco la llave para encontrarle la vuelta a esta versión. La tesis es esa: no es necesario venir del tango para poder tocar Piazzolla.

Sorín fotos

Es una música muy personal y particular…
Si se toca con el fuego y corazón que tiene en su espíritu es muy divertida de abordar, revisitar y de llevar para diferentes lugares.

En su momento armaste Octafonic para explorar tu parte más rockera y deconstruir la parte académica y ahora abordaste la música de Astor Piazzolla. Deduzco que una de las filosofías de tu vida es siempre estar en movimiento y en una búsqueda constante, ¿no? Que nunca hay que quedarse con lo que ya sabés y siempre cuestionar todo…
Me cuesta mucho quedarme quieto y le tengo pánico a las fórmulas. Parte de la nafta, la kryptonita que a mí me atrae de la música, es atacarla de diferentes lugares. Y una vez que encuentro una fórmula o un método, me boicoteo y voy por otro lado. Es verdad que mis proyectos son siempre muy disímiles, pero la idea es que las cosas convivan. Creo que la música es una sola y esto de Piazzolla creo que tiene algo de Octafonic, de música clásica, un poco de todo. Y todo el conocimiento previamente adquirido me sirvió para utilizar mis herramientas y poder homenajear ahora a Astor Piazzolla.

Estaba viendo la versión en vivo que hicieron de “Adiós Nonino” y me sorprendió la versatilidad de tus arreglos: hay reggae, rock, música clásica, tango. Hacer pogo con Piazzolla no es algo muy usual y de alguna manera estás llevando la música de Astor a las generaciones jóvenes, que no tienen ningún problema en mezclar Nicki Nicole, Piazzolla, Weather Report, Divididos, Massive Attack, Wos o Sepultura. ¿Sos consciente del acercamiento a los jóvenes que se está generando con la música de Piazzolla Electrónico?
Sí, de hecho es muy lindo y es muy loco lo que se ve en los conciertos que estamos haciendo en Niceto Club. Hay un gran rango etario: ves gente grande que se emociona y otras personas que están haciendo pogo. Es muy interesante y creo que es algo de nuestros tiempos. Una de las pocas cosas buenas quizás de escuchar música a través de una red Wifi es que de repente la música en un punto se empieza a unificar. El tema de los nichos duros deja de existir un poco y yo festejo eso. Escucho un disco de Paco de Lucía y quizás después una cumbia. Es verdad que hay una generación renovada que viene a los shows. Hay gente que se acerca por primera vez a Piazzolla con nuestro show.

Quería preguntarse sobre tu faceta como compositor de música para películas. Recientemente salió la banda sonora de “El eco de mi voz”, documental dirigido por Alejandro Maci que narra la historia de la directora de cine y guionista María Luisa Bemberg.
Fue en el medio de la pandemia, con barbijo. Fue un documental muy complejo, Alejandro trabajó mucho con ella, fue una pionera del feminismo, una mujer que empezó tarde su carrera en un ámbito en el que la mujer no tenía espacio muchas veces. Resultó todo muy inspirador y el trabajo se hizo a distancia. Yo no pude trabajar con una orquesta como hice en la anterior película de Alejandro, oportunidad en la que fui a grabar a Bulgaria. En esta oportunidad eran cabinas, barbijos y muy poca gente. Decidí armar una música con un tinte híbrido, muy electrónica y a la vez con cuerdas. La idea era que no se entienda bien dónde pieza la cuerda y dónde lo electrónico. Quedé muy contento con la banda sonora y fue toda una experiencia hacerlo en pandemia.

El proceso de filmscoring es totalmente distinto al de composición de una pieza para una banda de pop, rock u otro género. Dentro de esas diferencias, como vivís vos el proceso compositivo. ¿Cúanto hay de intelectualidad en tu proceso de composición y cuánto de observación, de sólo dejarte llevar?
Lo intelectual siempre trato de erradicarlo. En mi caso no me sirve de nada, no me funciona. Lo utilizo cuando por ahí me trabo y necesito salir de esa situación. Creo que cambian los protocolos, en un sentido. Cuando vos hacés una música programática, para imagen, tenés que saber que estás a merced de una historia, una narración, de cómo ayudarla. Pero en realidad, en el fondo, cuando hacés unos arreglos de cuerda o producís para un artista, también entra el aspecto visual en juego. Hay una película detrás, que por más que uno no la vea, sí la percibe. Cambian los protocolos, pero a la hora de componer y sentarse es lo mismo. Para mí la música siempre viene con algo visual: trato de ver qué está pasando, qué me está diciendo la canción.

Sorín en vivo

¿Qué cosas fuiste descubriendo o te sorprendieron al abordar nuevamente las partituras de Astor Piazzolla?
Primero, una arquitectura súper sólida, alguien que sabía de música clásica y que había estudiado a los grandes maestros. Alguien que construyó una casa con los cimientos bien plantados. Y después, es todo como más esotérico. A veces pienso: “¿Cómo puede existir esta música?” “A quién se le ocurrió esto?”. Tiene cuatro firmas musicales, cuatro yeites. Es tema y variación de esas progresiones armónicas y melódicas. Constantemente está trabajando sobre esos elementos y aun así es un repertorio fresco, gigantesco, muy personal, universal y a la vez muy descriptivo de lo que es Buenos Aires. Ponés “Adiós Nonino” en Viena o Ciudad de México y a la gente le genera algo. Es como muy universal, pero a la vez es como el folklore de una ciudad. Ves Buenos Aires a través de su música.

Vivimos un momento de quiebre histórico donde por un lado habla de que la democratización del acceso a la música, pero por el otro, plataformas como Spotify o YouTube pagan muy poco a los artistas. Dani Filth, el líder de los británicos Cradle Of Filth contó hace poco que tuvieron 26 millones de reproducciones en Spotify y sólo ganó 20 libras. ¿Pensás que se dará un cambio que revalorizará a las y los artistas?
Yo creo que se está dando un cambio, sobre todo con las redes sociales personales. Uno tiene acceso a su audiencia, no voy a decir a los “fans”, porque, al fin y al cabo, somos gente que hace música y un público que la escucha. Es como ir a un restaurant que te gusta y hablás con el chef para que te prepare algo. Se rompió un poco esa distancia entre artista y oyente. Ahora, siempre que tu música se tercerice, que intervenga una plataforma o alguien, vas a perder. Ha pasado con las discográficas y continúa con Spotify y va a seguir pasando, mientras nosotros pongamos las cosas en las plataformas para que haya visibilidad. Y en realidad sabemos que no es así, que la visibilidad se la termina dando la gente que invierte y le pone dinero a eso. Sacando eso que para mí siempre fue así, me parece que la manera es poder hablar con tu público y generar un vínculo uno a uno, lo más estrecho posible. Se debe acortar esa distancia y creo que está ocurriendo.

Sorín sinfónica

Dirigiendo una orquesta en el CCK

Rockeaste con tu pareja, Lula Bertoldi y con Octafonic, produjiste a Miguel Bosé y Víctor Manuel, dirigiste orquestas como la London Session Orchestra, la México Symphony Orchestra, pasaste por Sorín Octeto, Fernández 4 y ahora Piazzolla Electrónico. ¿Hay algo que te gustaría hacer y que aún no hayas hecho? ¿Te ves haciendo heavy metal, por ejemplo? ¿O mezclando cosas de Arvo Pärt y música electrónica de Infected Mushroom?
Antes de hablar con vos, justo estaba armando un set de música electrónica que tiene mucho que ver con Arvo Pärt, con Ryuichi Sakamoto, Alva Noto e Infected Mushroom. La cantidad de combinaciones que se puede hacer impresionante. A mí me gustaría trabajar en música de Atahualpa Yupanqui a Britney Spears, en ese rango. Y metal, bueno, creo que Octafonic tenía un poco de heavy metal. Trato de no clasificarlo en géneros o estilos.

Sorín Octafonic

Sorín con Octafonic

Con respecto a la inteligencia artificial y la música, ya hay algunas regulaciones. ¿Qué pensás de esta herramienta que genera tanto adeptos como detractores?
Creo que utilizado como lo que es, una herramienta, es muy interesante. Si la toma de decisiones pasa por nosotros y seguimos siendo el filtro, de alguna manera es como un internet con anabólicos (risas). Es interesante, no llegó el punto en el que yo noto que es un peligro. El peligro en realidad ya está establecido, el riesgo es cuando la gente dice “Y bueno, se lo voy a pedir a la computadora que me sale dos mangos.” El peligro es la vagancia. Mientras seamos creativos y sigamos en búsqueda no creo que la inteligencia artificial pueda superar al ser humano.

¿Cuáles son los próximos planes del Nico Sorín Piazzolla 8teto Electrónico?
Seguimos mensualmente en Niceto, ahora tenemos un show el 28 de septiembre. Luego tenemos una gira por España en octubre, otra por Chile en noviembre y México en febrero. Estamos contaminando el mundo con la música de Piazzolla y la verdad es que estamos muy contentos.

Insam

 

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